CIENCIAS SOCIALES CENS
lunes, 20 de junio de 2011
La Ramonot la única moto fabricada íntegramente en el país ES PALMIRENSE
en el país ES PALMIRENSE
PALMIRA - Mendoza – “Hay que escribir la historia antes de que se nos mueran todos los viejos”, dice Carlos Chacón , mientras revisa sus papeles. Finalmente el hombre, al que la mayoría identifica como “el historiador”, encuentra lo que busca. Gracias a los recortes y apuntes amarillentos se puede constatar que, en un período estimado entre 1924 y 1946 los hermanos Alberto y Enrique Ramonot diseñaron y fabricaron la primera motocicleta argentina en un avanzado taller ubicado en lo que hoy es el corazón comercial de Palmira. Chacón saca una foto y algunas fotocopias de fotos que se presumen sepias. Allí está: parece una bicicleta con motor. No tiene caja de velocidades ni embrague y la tracción es a polea. Así, tan sencilla, esta moto fue muy codiciada en los años ’30. La fábrica SIMA (Sociedad Industrial de Motocicletas Argentinas) llegó a producir unas 3.000 unidades y cuatro modelos distintos desde sus instalaciones, ubicadas en la esquina de Italia y Belgrano, en Palmira. La historia comenzó en 1870, cuando Pablo Ramonot llegó al puerto de Buenos Aires, proveniente de Francia. La fiebre amarilla lo empujó hacia Mendoza apenas inaugurado el ferrocarril, en 1885. Un año después Ramonot se afincó en la pequeña villa de Barriales, en Junín. Primero se dedicó al trabajo en la viña, pero poco después inició una pequeña fábrica, bautizada con el nombre Böer, que producía carruajes e implementos agrícolas. En 1890 se casó con Eloísa Pairet y tuvieron siete hijos. Los que heredaron la inventiva de su padre fueron Alberto, que nació en 1896, y Enrique, nacido en 1904. Fueron ellos los que, años después, decidieron ubicar su propia fábrica en la villa de Palmira. Primero se dedicaron a la herrería y a montar generadores de energía eléctrica. Luego idearon un pequeño motor para ser colocados en las bicicletas. Esta idea fue un éxito y poco tiempo después lanzaron al mercado la primera motocicleta Ramonot. Varias empresas mendocinas compraron estos simples vehículos para utilizarlos en la distribución. Paralelamente los fabricantes tenían su propia flota y alquilaban estos rodados por hora. El momento de máximo esplendor fue en 1937. Allí la fabrica tenía unos 100 empleados, entre operarios, administrativos y vendedores. Las Ramonot fueron utilizadas en competición y para ellas se creó una categoría de 100cc. Alcanzaban una velocidad máxima de100km/h. Según los datos recopilados por Chacón, en 1946 el primer gobierno peronista estudió la posibilidad de impulsar la ampliación de la fábrica pero, finalmente, se inclinó por traer al país a la fábrica alemana Sach. Ese fue el fin de las Ramonot. Mario Ramonot tiene hoy 66 años y vive en Godoy Cruz. Es hijo de Enrique y no alcanzó a conocer la fábrica. Todavía dice con orgullo: “La Ramonot fue la única moto diseñada y fabricada íntegramente en el país. Todo lo que vino después tiene alguna parte importada o se fabrica en Argentina con licencia internacional”
sábado, 30 de octubre de 2010
La historia política de Néstor Kirchner
Antes había sido intendente de Río Gallegos (1987-1991) y gobernador de la provincia de Santa Cruz (1991-2003). En 2009 fue elegido diputado de la Nación Argentina por la Provincia de Buenos Aires, con mandato desde el 10 de diciembre de 2009 hasta el 10 de diciembre de 2013. Desde el 4 de mayo de 2010 se desempeñaba como secretario general de la Unasur.4
También presidió el Partido Justicialista, cargo al que renunció el 29 de junio de 2009 y volvió a ocupar el 11 de noviembre de 2009, asumió de modo oficial el 10 de marzo de 2010.
Primeros tiempos
Kirchner nació en Río Gallegos, capital de la provincia patagónica de Santa Cruz. Su padre, Néstor Kirchner, era un trabajador postal descendiente de inmigrantes suizos; su madre, María Ostoić, chilena descendiente de inmigrantes croatas, nació en Punta Arenas. Segundo hijo del matrimonio Kirchner-Ostoić, su hermana mayor Alicia, y su hermana menor María Cristina. Realizó sus estudios primarios y secundarios en escuelas públicas locales. Egresó del Colegio Nacional República de Guatemala.
Desde temprano Kirchner participó en el movimiento justicialista como miembro de la Juventud Peronista, un sector de izquierda radicalmente opuesto al gobierno militar de la Revolución Argentina. A principios de la década del setenta, Kirchner estudió Derecho en la Universidad Nacional de La Plata, recibió su diploma de abogado en 1976. En 1974, a las órdenes del director Héctor Olivera, actuó como extra en el exitoso largometraje "La Patagonia rebelde".5 El 6 de enero de 1976, durante el gobierno de Isabel Martínez de Perón, ambos fueron encarcelados durante un mes en una comisaría de Río Gallegos.6 7 En el mismo año, luego del inicio del Proceso de Reorganización Nacional abandonó La Plata junto con su esposa, Cristina Fernández para retornar a Río Gallegos para dedicarse a ejercer su profesión, alejándose así de la actividad política. En 1977, durante el Proceso de Reorganización Nacional fue puesto en prisión durante dos noches junto al diputado Rafael Flores.
Una vez terminado el gobierno militar y con el retorno de la democracia en 1983, Kirchner se convirtió en funcionario del gobierno provincial. Desde fines de 1983 hasta julio de 1984 fue presidente de la Caja de Previsión Social de la provincia, pero fue forzado a renunciar por el gobernador a causa de una disputa sobre política financiera. Este incidente lo hizo conocido en el ámbito local, y constituyó el paso inicial de su carrera política.
En 1986 había alcanzado el apoyo interno necesario para obtener la candidatura a intendente municipal (alcalde) de la ciudad de Río Gallegos. Triunfó por escaso margen en las elecciones del 6 de septiembre de 1987, asumiendo el cargo el 10 de diciembre siguiente. Al mismo tiempo, su compañero de partido Ricardo del Val era electo gobernador, con lo que el peronismo se afianzó en la provincia de Santa Cruz.
La gestión de Kirchner como intendente desde 1987 a 1991 le granjeó suficiente apoyo para ser electo gobernador de la provincia en 1991, con el 61% de los votos. Por ese tiempo su esposa ya era miembro del congreso provincial.
Gobernador de Santa Cruz
Cuando asumió la gobernación, la provincia de Santa Cruz tenía un déficit comercial de alrededor de 1.200 millones de dólares, pero durante los diez año en que gobernó logró mantener un equilibro o superávit fiscal. Poco después de asumir bajó los salarios un 25%, volviendo a aumentarlos a niveles superiores un año después. Alentó inversiones británicas en áreas turísticas y de minería, y se benefició de las regalías petroleras de la provincia. Dijo por entonces que "El equilibrio fiscal no es un problema de ortodoxia económica ni es de derecha. El déficit fiscal es malo. La inversión pública es buena, pero no se puede hacer a costa de perder el equilibrio fiscal."9
Sus críticos señalan que su gestión no fue diferente a la de la mayor parte de los gobernadores peronistas, y que siguió los lineamientos nacionales de las políticas impulsadas por Menem. Se le cuestionaba que medios de prensa locales estuvieran subordinados al gobierno a través de la publicidad oficial, y aumentar el número de miembros del Tribunal Superior de Justicia de tres a cinco, con dos nuevos miembros cuestionados por la oposición que afirmaba que se identificaban con el partido gobernante.9
En 1994 y en 1998, Kirchner impulsó reformas en la constitución provincial, que incluyeron la posibilidad de reelección indefinida del gobernador. En 1994 fue miembro de la Convención Constituyente que reformó la Constitución Argentina.
En 1995, con las reformas a la Constitución provincial ya en vigencia, Kirchner fue reelecto gobernador por amplio margen (66,5% de los votos). A partir de ese momento Kirchner se distanció de Menem (que además de presidente de la Nación era el líder del Partido Justicialista) lanzando una línea interna dentro del partido, llamada “Corriente Peronista”.
El intento de Menem en 1998 de presentarse como candidato a un nuevo mandato presidencial, a pesar de que la Constitución no lo permitía, generó fuerte oposición en la sociedad argentina, en ámbitos académicos y aún dentro de las filas del Partido Justicialista. Kirchner se alineó con el principal opositor de Menem dentro del Partido Justicialista, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires (y más tarde presidente) Eduardo Duhalde.
Durante la gobernación de Néstor Kirchner la provincia recibió una suma de 535 millones en concepto de regalías hidrocarburíferas. Siguiendo un consejo de Domingo Cavallo, Kirchner depositó una parte en un banco de Suiza, y con otra compró acciones de YPF.10 En la actualidad se repatriaron 128,5 millones, mientras que 390 millones continúan depositados.11
Las elecciones presidenciales de 2003
La situación con vistas a las elecciones presidenciales se presentaba confusa. Varios líderes del Partido Justicialista aspiraban a la candidatura: el propio Kirchner, que contaba con pocas fuerzas propias para definir una elección interna dentro de su partido; el ex presidente Carlos Menem; y los gobernadores de las provincias de Córdoba, José Manuel de la Sota, Salta, Juan Carlos Romero, y San Luis, Adolfo Rodríguez Saá. Este último había tenido un breve interinato como presidente en diciembre de 2001 y fue quien declaró la cesación de pago de la deuda externa argentina. Las elecciones internas para definir la candidatura peronista se anunciaron primero para noviembre de 2002, y luego se postergaron a febrero de 2003.
El senador en ejercicio de la Presidencia, Eduardo Duhalde, figura de peso dentro del justicialismo por su control hegemónico sobre la estructura partidaria de la provincia de Buenos Aires, el distrito más poblado del país, intentó jugar sus cartas en favor del gobernador de Santa Fe, Carlos Reutemann. Éste, sin embargo, prefirió no presentar su candidatura; Duhalde trasladó sus preferencias a De la Sota, con quien tampoco pudo alcanzar un acuerdo estratégico. Así, el 15 de enero de 2003 anunció su apoyo a la precandidatura de Néstor Kirchner Con este espaldarazo, Kirchner se situó en una posición mucho más favorable.
Sin embargo, la situación interna del justicialismo no estaba resuelta y si bien el apoyo de Duhalde era significativo, no garantizaba de por sí que Kirchner resultara el candidato presidencial. Por otra parte, las fricciones de una elección interna tan cercana a la elección nacional, prevista para el 27 de abril, podrían provocar un deterioro en las expectativas del justicialismo de obtener una victoria. Así, el 24 de enero, y con el argumento de que los tres aspirantes que quedaban en carrera (Kirchner, Rodríguez Saá y Menem, que había incorporado a Romero como candidato a vicepresidente) presentaban programas contrapuestos, el congreso del partido justicialista toma una decisión inédita: suspender la elección interna y permitir a todos los precandidatos el uso de los símbolos partidarios comunes para presentarse a la elección general. En la práctica, esto significaba que iban a enfrentarse como si perteneciesen a partidos distintos.
Kirchner arrancó su campaña en una posición desfavorable. Las encuestas de intención de voto lo ubicaban por detrás de los otros candidatos justicialistas y de Ricardo López Murphy (ex ministro de De la Rúa y candidato de un conjunto de fuerzas de centroderecha). Sin embargo, la popularidad de Kirchner comenzó a crecer impulsando un programa de perfil socialdemócrata con el que buscaba diferenciarse de las políticas aplicadas durante los gobiernos de Menem y De la Rúa, poniendo acento en priorizar la producción, la justicia, la educación, el trabajo, la equidad y la salud (sintetizado de algún modo en sus eslogans de campaña: “Un país en serio” y “Primero Argentina”). No fue desdeñable tampoco el aporte que significaron tanto su compromiso de mantener al ministro de economía de Duhalde, Roberto Lavagna, con una imagen positiva en la sociedad por su gestión anticrisis, como la participación de su esposa, Cristina Fernández, diputada y senadora por la provincia de Santa Cruz desde 1995.
La campaña electoral estuvo condicionada por los efectos de la crisis: la fecha de elecciones había tenido que ser adelantada tras la represión del 26 de junio en el Puente Pueyrredón (ver Masacre de Avellaneda). Si bien se evidenciaron algunos leves signos de recuperación económica, por efecto del default y la restricción del gasto público, con leve recuperación de la tasa de cambio del peso frente al dólar y moderado aumento del PBI, las consecuencias sociales de la crisis fueron terribles: el 54% de la población se hallaba por debajo del límite de pobreza; la mitad de esta población (27% del total), por debajo de la línea de indigencia.
En las elecciones del 27 de abril de 2003, el Frente para la Victoria (de Kirchner) obtuvo sólo un 22,0% de los votos, resultando superado por Menem (“Alianza Frente por la Lealtad -UCD), que obtuvo el 24,3%. La legislación electoral argentina prescribe que si ningún candidato alcanza el 45% de los votos válidos emitidos, los dos más votados deben disputar una segunda vuelta (ballotage).
Fuera de esta segunda ronda quedaron López Murphy, Rodríguez Saá con el 14,2% y la candidata de centroizquierda Elisa Carrió (ex radical) con el 14,1%. El candidato de la Unión Cívica Radical, Leopoldo Moreau, ocupó el sexto puesto con un 2,3% en la peor elección de la historia de su partido. (Ver resultados detallados en Elecciones Argentina 2003.)
Después de la primera ronda, Kirchner visitó al presidente del Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y al de Chile, Ricardo Lagos Escobar, ante quienes ratificó sus intenciones de fortalecer el Mercosur, tal como lo había prometido en el Plan de Gobierno que había presentado poco tiempo antes de las elecciones, y declaró que mantenía con orgullo las convicciones políticas que había sostenido en el pasado.
La segunda vuelta debía llevarse a cabo el 18 de mayo de 2003. Los sondeos previos indicaban entre un 60 y 70% de intención de voto para el gobernador de Santa Cruz. Sin embargo, el ballotage no tendría lugar: el 14 de mayo el ex presidente Menem, después de una larga cadena de rumores y desmentidos, anunció su decisión de renunciar a su candidatura, lo que automáticamente convirtió a Kirchner en presidente electo. Muchos analistas señalan que la maniobra de Menem tuvo como propósito evitar una derrota estentórea, y al mismo tiempo condicionar a Kirchner, que accedió a la presidencia con el nivel más bajo de votos jamás registrado en la historia argentina. El 25 de mayo de 2003, Néstor Kirchner prestó ante el Congreso el juramento de ley para convertirse en presidente de la República hasta 2007.
Presidencia de Argentina
Kirchner asumió confirmando al ministro de economía de Duhalde, Roberto Lavagna, y a otros miembros del gabinete de su antecesor. La política económica del gobierno de Kirchner continuó los lineamientos establecidos por Lavagna bajo la presidencia de Duhalde, manteniendo la devaluación de la moneda mediante una fuerte participación del Banco Central en la compra de divisas, impulsando mediante las exportaciones un crecimiento económico con tasas del PBI cercanas al 10%. Las políticas implementadas fueron exitosas, además, en sacar al país de la cesación de pagos más grande de su historia: se canjeó la deuda soberana, de valor nulo tras la crisis del 2001, por nuevos bonos indexados por la inflación y el índice de crecimiento económico. Los índices de pobreza y de desempleo disminuyeron notoriamente.
En esta etapa jugó un importante papel el pequeño bloque de diputados nacionales que respondían en forma directa al Presidente Kirchner. Eran apenas 14 que debían lidiar con un Bloque oficial del PJ con más de 70 legisladores alineados con Eduardo Duhalde y un mosaico de pequeños agrupamientos afines a Menem y Romero, entre otros.
En muy poco tiempo, este sector de 14 diputados entre quienes destacaban Juan Irrazabal de Misiones, Daniel Varizat de Santa Cruz, Osvaldo Nemirovsci de Río Negro y Jorge Arguello de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, lograron imponerse en la conducción del Bloque oficial y desde ahí brindaron un mas que importante aporte a la consolidación de la conducción política de Néstor Kirchner.
Durante el gobierno de Kirchner, Argentina y el Fondo Monetario Internacional han mantenido una relación tirante. Al igual que Brasil, una de las principales medidas de su gestión fue cancelar por anticipado la totalidad de la deuda con este organismo internacional por un monto de 9.810 millones de dólares. El objetivo declarado de ambos gobiernos fue terminar con la sujeción de las respectivas políticas económicas nacionales a las indicaciones del FMI.12
Los críticos a la política económica del gobierno argumentan que el alto crecimiento económico se debe más a una tendencia mundial que a particularidades argentinas. Sostienen que la recuperación económica del gobierno de Kirchner no podría mantenerse sin la depresión de los salarios, y el elevado precio internacional de los granos y cereales que exporta Argentina y que el canje de la deuda externa no ha implicado una quita, sino que la nueva deuda, al estar indexada, crece indefinidamente. Los defensores de los logros de la política económica del gobierno, sostienen que Kirchner asumió en una situación muy delicada y que la mayoría de los demás países de la región, han tenido un desempeño económico-social más acotado que el argentino, y que ello se debe precisamente a la política económica adoptada.
En noviembre de 2006 las reservas internacionales subieron más de 30.000 millones de dólares, la desocupación bajo al 10% y la pobreza se mantiene en un 33,5%.
Kirchner ha llevado adelante una activa política para promover los Derechos Humanos. Su gobierno ha incorporado reconocidos integrantes de organismo de Derechos Humanos. Además, ha impulsado el enjuiciamiento a los responsables por crímenes de lesa humanidad ocurridos durante los años 70, realizados por la Triple A y por el gobierno del Proceso de Reorganización Nacional. Para conseguirlo, sus partidarios apoyaron en el Congreso Nacional las anulaciones de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final,13 las cuales mantenían frenados dichos juicios desde el gobierno de Raúl Alfonsín. Dicha medida fue posteriormente ratificada por el Poder Judicial.14 Algunos sectores criticaron estas políticas argumentando que funcionan en contra de la reconciliación nacional. Otros sectores consideran que su gobierno no promueve los Derechos Humanos, sino que atenta contra ellos, tomando como ejemplos la represión ocurrida en Las Heras15 y el envío de tropas argentinas a Haití en el marco de la MINUSTAH.
Tras las elecciones legislativas en octubre de 2005, Kirchner obtuvo la primera minoría a nivel nacional. Esto se vio reflejado en importantes cambios en el gabinete (fundamentalmente la sustitución de Roberto Lavagna por Felisa Miceli en el ministerio de economía). Algunos analistas, sin embargo, hacen hincapié en el carácter precario que tendrían los acuerdos alcanzados con los intendentes y gobernadores que aportaron a sus listas.
La oposición cuestionó el hecho de que, pese a controlar la mayoría de ambas cámaras del Congreso, Kirchner ha preferido en reiteradas ocasiones hacer uso de las facultades legislativas del poder ejecutivo, legislando a través de decretos de necesidad y urgencia en vez de seguir los trámites ordinarios previstos para la sanción de leyes. Desde su asunción y hasta mayo de 2006, de 337 leyes originadas en el poder ejecutivo que podrían haberse sancionado por decreto, Kirchner envió solo 136 como proyectos de ley al Congreso, mientras que las restantes 201 fueron sancionadas apelando a decretos de necesidad y urgencia. La estadística arroja así unos 67 decretos por año, con frecuencia comparados con los 54,5 por año de Carlos Menem —quien firmó un total de 545 durante sus diez años de gobierno—.A nivel internacional, sus adherentes insisten en que Kirchner forma parte de un grupo de mandatarios de varios países, junto con Lula (Brasil), Tabaré Vázquez (Uruguay), Evo Morales (Bolivia), Michelle Bachelet (Chile), Rafael Correa (Ecuador) y Hugo Chávez (Venezuela) quienes, por primera vez en la historia de América Latina, han planteado la posibilidad de establecer una coalición de países de la región que desarrolle políticas independientes de las potencias mundiales hegemónicas. En cambio, para las posiciones más de izquierda, estos jefes de estado -con la eventual excepción de Chávez, Morales y Correa-, han mantenido las relaciones con el gobierno estadounidense sin cambios esenciales. La participación argentina en la MINUSTAH se realizó por pedido directo del gobierno estadounidense, y el gobierno argentino sigue permitiendo ejercicios militares conjuntos con las fuerzas armadas estadounidenses en territorio argentino. Asimismo, en marzo de 2006 ha aprobado una batería de leyes con el fin de sumarse a la "lucha contra el terrorismo" propugnada por el presidente estadounidense George W. Bush, quien había sido felicitado por su colega Kirchner en la reelección del primero en noviembre de 2004.
Durante el año 2005, se realizó el canje de la deuda, que iniciaba las renegociaciones por los bonos que habían quedado en default desde 2001. Su agrupación política, el Frente para la Victoria, triunfó, liderado por su esposa, en las elecciones legislativas de dicho año. En los primeros días de noviembre de ese año se realizó en Mar del Plata la IV Cumbre de las Américas, donde Kirchner manifestó un rechazo hacia el ALCA, propuesto por Estados Unidos. A fines de ese mes Roberto Lavagna renunció al cargo de ministro de Economía, sucediéndole Felisa Miceli. Ese mismo año, procedió a designar al hasta entonces Secretario de Comunicaciones, Guillermo Moreno, como Secretario de Comercio Interior. Moreno se convirtió en uno de los principales ejecutores de las políticas económicas de Kirchner, que han sido motivo de fuertes críticas tanto por su forma como contenido
En el 2006 surgió un conflicto diplomático con Uruguay a raíz de la instalación de unas plantas de celulosa sobre el Río Uruguay, situación que llevó al corte por parte de activistas de la provincia de Entre Ríos de los puentes internacionales con el país oriental. Kirchner se negó a reprimir a los manifestantes e incluso se manifestó públicamente a favor. Las declaraciones del presidente tensaron las relaciones con Uruguay.
En abril de 2007 hubo un escándalo político con funcionarios involucrados denominado Caso Skanska. El 25 de mayo se realizó un acto multitudinario, ésta vez en el Cerro de la Gloria, en la provincia de Mendoza, denominado La Patria somos todos.
Una de las medidas más discutidas fue la intervención del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC): En enero de 2007, su dirección del índice de precios fue intervenida sin previo aviso, y asumió una persona vinculada políticamente con el Secretario de Comercio Guillermo Moreno. Los empleados del Instituto denunciaron entonces un cambio de la metodología, que además que no fue publicada ni discutida entre los técnicos, y realizaron la correspondiente denuncia.16 17
En abril el fiscal federal abrió una causa por violación y manipulación del secreto estadístico, involucrando a Guillermo Moreno, a la nueva interventora Beatriz Paglieri y a la subdirectora Ana María Edwin,18 que a pesar de estar sospechada en la causa, fue nombrada en julio Directora del Instituto, y la intervención se generalizó a las demás direcciones. La gravedad de la intervención se incrementó, llegando incluso a contratarse grupos de choque para intimidar y disolver físicamente cualquier manifestación de descontento u oposición19 así como la utilización de equipos de vigilancia para controlar todo intento de disenso interno.20 La política de manipulación de los índices de precios se realizaba de forma tal que ni siquiera se comunicaban públicamente los criterios para su elaboración.21 Hacia mediados de 2008, el descreimiento en el funcionamiento del ente motivó el reconocimiento del propio Jefe de Gabinete, Sergio Massa.22
La intervención del organismo ha sido criticada inclusive por personas partidarias del oficismo: Horacio Verbitsky, periodista y presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), afirmó en 2010: "Todos los que participamos de este espacio repudiamos el avasallamiento del organismo oficial de medición de indicadores económicos (...) Kirchner se justificó diciendo que en el INDEC había mucho personal de alto nivel que trabajaba en consultoras externas al INDEC y que tenía un compromiso con aumentar los índices para que el Estado tuviera que aumentar los pagos en los bonos indexados, (...) hubo muchas personas que no aceptaron esa explicación".23
El 2 de junio de 2007 el Jefe de Gabinete, Alberto Ángel Fernández, confirmó que Kirchner no buscaría la reelección en las elecciones presidenciales de octubre, agregando que quien lo haría sería su esposa, la senadora Cristina Fernández, como representante del "Frente para la Victoria" (FPV - Provincia de Buenos Aires).24 La noticia había trascendido el día anterior y había sido publicada por el diario Clarín25
A mediados de 2007, la ministra de economía Felisa Miceli se vio envuelta en un escándalo de corrupción por una bolsa con dinero, que contenía cien mil pesos argentinos y treinta y un mil seiscientos setenta dólares estadounidenses, encontrada en el baño de su despacho.26 Al ser llamada a declarar por el fiscal Guillermo Marijuán, presentó la renuncia a su cargo el 16 de julio de 2007.
Actividad posterior a la presidencia
Néstor Kirchner formó parte como garante de la comitiva que, en el marco del Acuerdo humanitario, intentó supervisar la liberación de tres prisioneros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Dicha liberación no tuvo lugar en ese momento (los rehenes fueron liberados pocos días más tarde), por lo que Kirchner debió volver al país.28 Unos días después, Álvaro Uribe Vélez, presidente de Colombia, lanzó fuertes críticas a algunos mediadores a raíz de una supuesta defensa de éstos a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
En la actualidad Kirchner se dedicaba a la actividad partidaria, siendo el presidente del Partido Justicialista (PJ) luego de que la jueza Servini de Cubría diera cerrado un proceso de intervención judicial que duró más de tres años, ordenada a raíz de la acefalía en que quedó sumido el partido tras la pelea entre la actual presidenta Cristina Kirchner y la entonces primera dama, Hilda "Chiche" González de Duhalde en un Congreso de Parque Norte de 2004, la jueza avaló la designación del ex mandatario como titular del Consejo nacional del PJ y rechazó el planteo presentado por los hermanos Rodríguez Saá.
De esa forma, Kirchner asumió como titular del Partido Justicialista (PJ) junto a los 74 dirigentes que lo acompañaron en la lista partidaria sin someterse a elecciones internas.29
Por otra parte, debido a la tensión entre el gobierno de Cristina Kirchner y el sector rural, varios dirigentes justicialistas optaron por no concurrir al acto de asunción al máximo cargo del PJ: Carlos Reutemann, Juan Schiaretti (gobernador de Córdoba), Jorge Busti y Juan Carlos Romero ex gobernadores de Entre Ríos y Salta respectivamente. Durante el acto de asunción de Néstor Kirchner distintas facciones del sindicalismo provocaron incidentes.30
Elecciones legislativas de 2009
En las elecciones legislativas del 28 de junio de 2009, Kirchner se presentó como primer candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, por la lista Frente Justicialista por la Victoria.31 La Unión Cívica Radical impugnó su candidatura argumentando que su residencia en la Quinta Presidencial de Olivos no era válida, pero la justicia electoral rechazo la impugnación.32
La lista encabezada por Kirchner obtuvo el 32,1% de los votos, siendo superada por la alianza Unión - Pro que obtuvo 34,6%. En todo el país la alianza Frente para la Victoria-Partido Justicialista, liderada por Kirchner, obtuvo 5.871.345 votos (31,2%), superando al Acuerdo Cívico y Social que obtuvo 5.763.342 votos (30,7%),33 pero perdió 19 diputados y 4 senadores en el Congreso Nacional, continuando como primera minoría.34 El kirchnerismo perdió también en la provincia de Santa Cruz, bastión de Néstor Kirchner. Aunque el ocupa una banca en la cámara de diputados .35 El 29 de junio de 2009, como resultado de la derrota electoral, Kirchner renunció a la presidencia del Partido Justicialista.36
El 7 de febrero de 2010 fue operado de la carótida derecha con éxito,37 lo que lo obligó a retirarse temporalmente de sus funciones.
Secretario general de Unasur
El 4 de mayo de 2010, se le designó para ponerse a cargo de la Secretaría General de Unasur. Su primera acción como secretario fue la visita a Paraguay para promover la integración regiona
Fallecimiento
Durante 2010 su salud se debilitó seriamente. En febrero fue operado de la carótida. El 11 de septiembre tuvo que ser sometido a una angioplastia y se le colocó un stent. Se le había recomendado cambiar su estilo de vida debido al estrés.45 Fue dado de alta al día siguiente.46
Falleció a los 60 años de edad en la ciudad de El Calafate, provincia de Santa Cruz.47 Según el parte médico oficial, el ex mandatario murió como consecuencia de un paro cardiorespiratorio no traumático, el 27 de octubre de 2010 a las 9:15,48 en su residencia de "Los Sauces", donde se encontraba junto a su esposa, la presidente Cristina Fernández de Kirchner. El deceso se produjo al iniciarse el mega operativo del censo poblacional del 2010, día declarado feriado nacional, lo cual causó mayor impacto en la población argentina. Néstor Kirchner pudo recibir el sacramento de la unción de los enfermos antes de morir.49
Aparte de Argentina, siete países sudamericanos declararon duelo oficial por la muerte de Kirchner: Brasil, Venezuela, Paraguay, Uruguay, Chile, Colombia y Perú, anunciando la presencia de varios presidentes de países miembros de UNASUR en los funerales de Estado.50 A su vez, se produjo una declaración conjunta de los 12 países de la UNASUR desde la presidencia pro témpore en Quito, en donde se le calificó como un "líder clave" en la integración regional y se decretó por primera vez duelo regional por tres días.51 Diversos gobernantes y líderes mundiales enviaron mensajes de condolencias a la presidenta Cristina Fernández y al pueblo argentino
ttp://blogs.lanacion.com.ar/en-foco/nestor-kirchner-1950-2010/
jueves, 21 de mayo de 2009
LAS VISITAS DE JUAN PABLO II A LA ARGENTINA
El 2 de abril de 1982 la Argentina recupera las Islas Malvinas, lo que desencadena la reacción británica y sobreviene la guerra entre la Argentina y el Reino Unido. En esos días se conoce la noticia de que el 28 de mayo el Papa haría una visita apostólica a Gran Bretaña, largamente preparada. Es entonces cuando Juan Pablo II, con paternal delicadeza, decide efectuar fuera de todo programa y sin preparación alguna, una visita fugaz a la Argentina. Inmediatamente escribe una carta a los argentinos fechada el 25 de mayo, que comenzaba diciendo: «A los queridos hijos e hijas de la Nación Argentina: Os escribo por mi propia mano porque siento que debo repetir el gesto paternal del Apóstol Pablo hacia sus hijos, abrazándolos en la fe». El Sumo Pontífice expresó que su viaje a la Argentina era eminentemente pastoral. «Mi viaje a la capital argentina –dijo– es un viaje de amor, de esperanza y de buena voluntad, de un Padre que va al encuentro de los hijos que sufren».
Esta visita constituyó, según opinión de numerosos y caracterizados testigos argentinos y extranjeros, un «acontecimiento nunca visto en el país» y «tal vez la mayor concentración de gente que haya recibido el Papa en sus trece visitas hasta el presente».
Viernes 11 de junio
A las 8.50 arribó a Buenos Aires el avión que conducía a Juan Pablo II, siendo recibido por el cardenal Juan Carlos Aramburu y el nuncio apostólico, monseñor Ubaldo Calabresi. Luego de besar el suelo argentino, el Santo Padre fue recibido por el Presidente de la Nación, General Leopoldo Fortunato Galtieri y por autoridades civiles y militares. Durante los 40 kilómentros de su viaje hacia la catedral de Buenos Aires por las autopistas Ricchieri y 25 de Mayo, miles de personas, a pesar del crudo tiempo invernal, saludaban con desbordante entusiasmo al Santo Padre, que respondía visiblemente emocionado a los saludos de la multitud. En la catedral metropolitana lo esperaban sacerdotes, seminaristas, religiosos, religiosas y miembros de movimientos eclesiales, junto con los obispos argentinos y presidentes de las conferencias episcopales de Latinoamérica. Luego de orar ante el Santísimo Sacramento, pronunció un alocución e impartió la bendición a los presentes.
Por la tarde el Santo Padre se dirigió a Luján, distante 70 kilómetros de Buenos Aires. En la Basílica Nacional, ante la imagen de la Patrona de la Argentina, Juan Pablo II oró por la paz, luego le ofreció a la histórica imagen la «Rosa de Oro» que le había traído desde Roma. Concelebró la Misa con los cardenales, obispos y sacerdotes presentes, ante una multitud calculada en una cifra cercana a las 700.000 personas. Juan Pablo II pronunció una homilía en la que exhortó a imitar a Cristo, pidió por los muertos en la guerra con Gran Bretaña y por la rápida terminación del conflicto.
Sábado 12 de junio
El Santo Padre tuvo un encuentro con los cardenales y obispos argentinos, los presidentes de las conferencias episcopales de Latinoamérica y los miembros directivos del CELAM. Luego de saludar a la multitud desde los balcones de la Curia arzobispal se dirigió en el «papamóvil» hasta Palermo, donde junto al Monumento de los Españoles se había levantado un gigantesco altar cubierto en el que se concelebró la Santa Misa ante una inmensa multitud, en su mayoría jóvenes. Durante su homilía se refirió a la celebración del Corpus Christi, habló a los jóvenes argentinos, pidió por la paz y recordó a los muertos y heridos en la guerra de las Malvinas.
Finalizada la misa, nuevamente con la repetición de un mismo espectáculo, abigarradas y entusiastas multitudes aplaudieron y vitorearon el paso del Papa por las calles de Buenos y por las autopistas que lo condujeron al Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Después de una conversación a solas con el Presidente Galtieri, de unos 20 minutos, el Pontífice pronunció el discurso de despedida que concluyó con un «¡Hasta la vista!».
Segunda Visita: 6 al 12 de abril de 1987
En 1987, durante la semana que se inició el lunes 6 y concluyó el domingo 12 de abril (Domingo de Ramos), la Argentina vivió uno de los acontecimientos más trascendentales de su historia religiosa: la segunda visita del Papa Juan Pablo II, que como maestro de la fe efectuó un recorrido por el país que abarcó 10 ciudades: Buenos Aires, Bahía Blanca, Viedma, Mendoza, Córdoba, Tucumán, Salta, Corrientes, Paraná y Rosario.
Lunes 6 de abril
El Papa arriba a las 16 hs. al aeroparque Jorge Newbery y manifiesta que sentía una «profunda alegría y una gran emoción al pisar por segunda vez esta bendita tierra de la Argentina. Vuelvo ahora en visita pastoral para seguir cumpliendo la misión que el Señor me ha encomendado, de evangelizar y ser Maestro de la fe, ejerciendo a la vez, como sucesor de Pedro, el ministerio de confirmar a mis hermanos». Luego se trasladó en Papamóvil a la catedral metropolitana, donde dirigió un discurso al clero y al pueblo de Dios y luego a la Casa de Gobierno, donde fue recibido por el presidente Raúl Alfonsín.
Martes 7 de abril
Juan Pablo II se traslada a la ciudad de Bahía Blanca, donde fue recibido por unas 130.000 personas con el canto «Gracias, Juan Pablo», compuesto con motivo de esta visita por el músico local Walter Giménez. En su homilía trató sobre «la evangelización del mundo rural». Sobre el medió día se trasladó a la ciudad de Viedma para tener allí una celebración de la Palabra. El tema de la misma tuvo carácter misionero. El obispo de Viedma, monseñor Hesayne, dirigió al Pastor universal un saludo de bienvenida y el Romano Pontífice pronunció a su vez un discurso que tenía como tema central la «nueva evangelización». Terminada la ceremonia, la comitiva papal volvió a tomar el avión para dirigirse al aeropuerto El Plumerillo, de Mendoza. Con la presencia de más de 200.000 personas, el Papa fue recibido por un coro de 250 voces, que entonó «Tú eres Pedro», y luego siguió una canción de cuna polaca. El arzobispo de Mendoza, monseñor Candido Rubiolo, dirigió al Pontífice un discurso de salutación. A continuación hubo una plegaria por la paz, y luego el Padre Santo pronunció un discurso. Tanto la alocución papal como todos los textos litúrgicos, estuvieron centrados en el tema de la paz: esto tenía un especial significado, dada la posición geográfica de Mendoza, limítrofe con Chile. A las 19 hs. el Santo Padre viajó a Córdoba, donde pasó la noche.
Miércoles 8 de abril
Ya en Córdoba, Juan Pablo II se trasladó a la catedral donde lo esperaban 300 enfermos e inválidos, que representaban a todos los enfermos del país. El Papa luego de adorar al Santísimo dirigió una alocución a los enfermos. Desde la catedral se dirigió en papamóvil al Área Material Córdoba, donde presidió la misa. Hubo palabras de bienvenida del arzobispo de Córdoba, cardenal Raúl F. Primatesta. A su vez el Papa en la homilía trató el tema de la familia. Por la tarde subió al avión y se dirigió al aeropuerto Benjamín Matienzo, de Tucumán, donde fue recibido con gran entusiasmo por unas 80.000 personas, la mayoría de las cuales llegaron a pie desde la ciudad de San Miguel de Tucumán. El aeropuerto se había transformado en un enorme palco sobre el que se alzaba una gran cruz de hierro. El encuentro revistió la forma de celebración de la Palabra. El arzobispo local, monseñor Horacio Bózzoli, dio la bienvenida al Papa y luego él pronunció su homilía sobre el amor de los cristianos a su Patria. Terminado el acto, la comitiva papal se trasladó a Salta, donde participó de una celebración con más de 1.500 representantes de los indios quechuas, tobas, matacos y chiriguanos que vinieron desde distintos puntos. El arzobispo local, monseñor Moisés Julio Blanchoud, dio la bienvenida al Padre Santo y a su vez el Romano Pontífice pronunció una alocución referida al tema del encuentro. Una vez terminada la celebración, la comitiva papal entró en la ciudad. El Papa cenó y pernoctó en el arzobispado.
Jueves 9 de abril
Por la mañana, se dirigió hacia la catedral para hacer una visita no prevista a las imágenes del Señor y de la Virgen del Milagro. Después de haberse detenido unos momentos para adorar al Santísimo, el Santo Padre habló a los presentes, invitándolos a reflexionar sobre el misterio de la redención. Luego viajó a Corrientes, donde bajo una torrencial lluvia fue recibido y saludado por el arzobispo de Corrientes, monseñor F. Antonio Rossi. Para los 100.000 fieles que participaban era como si resplandeciese el sol, permanecieron quietos, en sus sitios, rezando con el Pontífice, sin preocuparse del auténtico río de agua que caía sobre sus cabezas. Fue un gran testimonio de fe y de amor. La misa concelebrada con los obispos del Nordeste Argentino estuvo dedicada al tema «La religiosidad popular y la piedad mariana en la nueva evangelización». Por la tarde viajó a Paraná, donde fue recibido por el arzobispo de Paraná, monseñor Estanislao Esteban Karlic y luego se dirigió a la explanada que hay al salir de la aeroestación. El encuentro tuvo como tema «El mundo y los inmigrantes», debido a la gran cantidad de inmigrantes que hay en la zona. Terminada la ceremonia religiosa, Juan Pablo II fue a pie hasta el avión, saludando a la gente, y partió rumbo al aeropuerto de Buenos Aires. Al llegar de nuevo a la capital argentina se trasladó en papamóvil hasta la Nunciatura Apostólica. La gente se agolpaba en este lugar y aclamaba a Juan Pablo II, quien tuvo que salir al balcón a saludar a la muchedumbre. Luego, en un salón de la Nunciatura, tuvo un encuentro con representantes de la comunidad judía en la Argentina.
Viernes 10 de abril
En el estadio del club Vélez Sársfield celebró la santa misa, dedicada a las personas consagradas y a los agentes de pastoral, aunque asistían también numerosos fieles: había unas 30.000 personas. Concelebraron con el Papa más de 2.000 sacerdotes y estaban presentes unos 1.700 seminaristas, 3.000 religiosas y 400 monjas de clausura. Luego se dirigió en papamóvil a la catedral de los ucranios, donde saludó a los niños que vestían trajes típicos nacionales ucranios. En el interior había unas 1.000 personas. El eparca, monseñor Andrés Sapelak, dirigió al Papa un saludo y luego de la coronación del ícono de la Virgen de Prokov el Santo Padre dirigió una alocución a los ucranios. Por la tarde fue al Mercado Central de Buenos Aires, donde unos 300.000 trabajadores lo saludaron con gran entusiasmo; el Papa bendijo una capilla erigida en el lugar en recuerdo de su vida, el obispo de San Justo, monseñor Rodolfo Bufano dirigió un saludo al Pontífice, quien pronunció un discurso sobre la evangelización del mundo del trabajo. Desde ahí el Papa se trasladó directamente al estadio Luna Park, donde tuvo un encuentro con la comunidad polaca en la Argentina. Pronunció su discurso en polaco y, terminado el acto se dirigió a la Nunciatura donde por la noche transmitió por radio y televisión un mensaje a todos los presos del país.
Sábado 11 de abril
Visita la ciudad de Rosario, donde es recibido por el arzobispo monseñor Jorge M. López. La homilía papal tuvo como tema la «Vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo». Finalizada la misa el Papa pronunció una plegaria en el Monumento a la Bandera. Luego del almuerzo en la sede arzobispal voló a Buenos Aires. Cuando se inició el vuelo Su Santidad pidió al piloto que desviara la ruta, a fin de pasar, en vuelo rasante, sobre la Basílica Nacional de Nuestra Señora de Luján. Cuando la nave aérea sobrevolaba la ciudad de Luján, Juan Pablo II llamó a los cardenales Aramburu y Primatesta y juntos rezaron el Santo Rosario. Desde el aeroparque se dirigió en papamóvil al estadio Luna Park para tener un encuentro con unos diez mil empresarios argentinos. Monseñor Italo Severino Di Stéfano, arzobispo de San Juan y presidente del Equipo Episcopal de Pastoral Social, dirigió al Santo Padre una bienvenida y por su parte el Papa pronunció un discurso a los empresarios. Luego, en la Nunciatura Apostólica, tuvo un encuentro con los representantes de la comunidad islámica en la Argentina. A la noche, la comitiva papal se dirigió en papamóvil a la avenida 9 de Julio, para el primer encuentro con los jóvenes presentes en Buenos Aires con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud. Una impresionante multitud de jóvenes (unos 60.000 eran los no argentinos provenientes de las más diversas partes del mundo), recibió a Juan Pablo II con las las luces de colores y los sonidos luminosos y festivos de los fuegos artificiales, y por el ondear de miles de pañuelos y banderas. El cardenal Pironio le dio la bienvenida. A continuación dos jóvenes también le dieron la bienvenida en nombre de todos. Luego comenzó el diálogo por medio de representaciones escénicas. A continuación hablaron jóvenes de diversos países y luego Juan Pablo II pronunció el esperado discurso a los jóvenes.
Domingo 12 de abril
Comenzó su jornada con un encuentro ecuménico en los salones de la Nunciatura. Participaron 35 personas representantes de diversas confesiones cristianas. Monseñor Mario José Serra, presidente del Equipo Episcopal de Ecumenismo, dirigió al Santo Padre unas palabras de salutación y Juan Pablo II respondió con un breve discurso a los hermanos separados. Luego celebró en la avenida 9 de Julio la misa del Domingo de Ramos, con la que se clausuraba la Jornada Mundial de la Juventud. Era la primera vez, en la historia moderna del papado, que el Santo Padre no celebraba la fiesta de Ramos en Roma. Se calcula que había alrededor de 1.000.000 de personas, la mitad jóvenes. En el altar se había colocado la auténtica imagen de la Virgen de Luján, que el día anterior había sido traída procesionalmente por los jóvenes.
El Padre Santo pronunció la homilía del Domingo de Ramos. A las palabras del Papa respondieron los jóvenes con un acto de compromiso. Al terminar la misa, el Papa ·«envió» a los jóvenes al mundo y dio una cruz a cinco de ellos que representaban cada uno de los cinco continentes. Luego Su Santidad se dirigió a la imagen de la Virgen de Luján y pronunció el acto de consagración a Nuestra Señora. Terminada la celebración, el Papa rezó el «Angelus» ante la imagen de la Virgen de Luján. Antes de recitar la plegaria mariana, leyó una breve meditación dominical. Desde la avenida 9 de Julio, Juan Pablo se trasladó en papamóvil a la sede de la Conferencia Episcopal Argentina que bendijo e inauguró (Suipacha 1034). Tras almorzar con todos los obispos en la misma sede, tuvo un encuentro con la Conferencia Episcopal Argentina en donde dirigió un mensaje a los obispos. Después de este acto se trasladó al Teatro Colón para tener un encuentro con el mundo de la cultura argentina. Luego de las palabras de monseñor Estanislao Karlic, presidente de la Comisión Episcopal de Fe y Cultura, el Padre Santo pronunció una alocución a los hombres de la cultura.
Del Teatro Colón el Papa salió rumbo al aeropuerto de Ezeiza donde pronunció un discurso de despedida. A las 19.30 despegó el avión papal: un Boeing 747 Jumbo de Aerolíneas Argentinas, rumbo a la Ciudad Eterna. La segunda visita de Juan Pablo II al país había finalizado, dejando en todos una profunda emoción.
domingo, 3 de mayo de 2009
GOBERNADORES DE LA PROVINCIA DE MENDOZA ENTRE 1820 Y 1862
Feb 1820 José Clemente Venegas (1st time) (b. 1754? - d. 1834)
(acting)
Feb 1820 - Mar 1820 Pedro José de Campos (b. ... - d. 1875)
Mar 1820 - 3 Jul 1820 José Clemente Venegas (2nd time) (s.a.)
(acting)
3 Jul 1820 - 21 Jan 1822 Tomás Godoy Cruz (1st time) (b. 1791 - d. 1852)
21 Jan 1822 - 29 Apr 1824 Pedro Molina (1st time) (b. 1781 - d. 1842)
29 Apr 1824 - 30 Apr 1824 Juan Agustín de la Maza (acting) (b. 1784 - d. 1830)
30 Apr 1824 - 7 May 1824 Commission of Five
7 May 1824 - 4 Jun 1824 Pedro Molina (2nd time) (s.a.)
4 Jun 1824 - 28 Jun 1824 José Albino Gutiérrez Godoy (b. 1773 - d. 1831)
28 Jun 1824 - 4 Jul 1824 Juan Lavalle
(acting miltary governor)
4 Jul 1824 - 8 Nov 1826 Juan de Dios Correas (b. 1766? - d. 18...)
8 Nov 1826 - 16 Oct 1829 Juan Reje Corvalán (1st time) (b. 1787 - d. 1830)
(acting to 19 Aug 1827)
16 Oct 1829 - 22 Sep 1829 Rudecindo Alvarado (provisional) (b. 1792 - d. 1872)
22 Sep 1829 - 7 Apr 1830 Juan Reje Corvalán (2nd time) (s.a.)
7 Apr 1830 - 10 Apr 1830 The Judges of First Instance
10 Apr 1830 - 30 Apr 1830 Tomás Godoy Cruz (2nd time) (s.a.)
(acting)
30 Apr 1830 - 28 Mar 1831 José Videla del Castillo (b. 1792 - d. 1832?)
(acting to 1830)
5 Apr 1831 - 25 Dec 1831 Manuel Lemos
25 Dec 1831 - 4 Aug 1832 Pedro Nolasco Ortiz
(acting to 17 Mar 1832)
4 Aug 1832 - 20 Mar 1838 Pedro Molina (3rd time) (s.a.)
(acting to 8 Feb 1835)
20 Mar 1838 - 4 Nov 1840 Justo Correas (1st time) (b. ... - d. 1847)
4 Nov 1840 - 15 Nov 1840 Pedro Molina (4th time) (acting) (s.a.)
15 Nov 1840 - 16 May 1841 Justo Correas (2nd time) (s.a.)
16 May 1841 - 2 Sep 1841 Juan Isidro Maza (acting) (b. 1795 - d. 1853)
2 Sep 1841 - 5 Sep 1841 José María Reina (provisional)
5 Sep 1841 - 15 Nov 1841 Juan Gregorio Aráoz de Lamadrid (b. 1795 - d. 1857)
(provisional)
15 Nov 1841 - 19 Jan 1845 José Félix Esquivel (b. 1785 - d. 1845)
19 Jan 1845 - 10 Feb 1845 Celedonio de la Cuesta (acting) (b. 1812 - d. 1897)
10 Feb 1845 - 4 Apr 1847 Pedro Pascual Segura (1st time) (b. 1802 - d. 1865)
4 Apr 1847 - 3 Mar 1852 Alejo Mallea
3 Mar 1852 - 1856 Pedro Pascual Segura (2nd time) (s.a.)
(provisional)
1859 - 18 Dec 1861 Laureano Nazar (b. 1816 - d. 1882)
18 Dec 1861 - 2 Jan 1862 Juan de Dios Videla (acting) (b. 1815 - d. 1880)
2 Jan 1862 Hilario Correas (acting) (b. 1801 - d. 1868)
2 Jan 1862 Lino Almandos (acting) (b. 1812 - d. 1882)
2 Jan 1862 - 3 Jun 1862 Luis Molina (acting) (b. ... - d. 1863)
FELIX ALDAO EL FRAILE FEDERAL
De regreso a Mendoza, se incorporó al Ejército de los Andes, para hacer la campaña a Chile junto con sus dos hermanos Camilo y Francisco, como capellán de un regimiento. En la batalla de Guardia Vieja tomó sorpresivamente las armas y luchó junto a los soldados, de modo que, por consejo del general Las Heras a San Martín, se incorporó al Ejército como teniente. Su físico fuerte, grande y enérgico era más apropiado para el uniforme que para la sotana por lo que se incorporó al Regimiento de Granaderos a Caballo. Hizo toda la campaña de Chile, combatiendo en Chacabuco, Cancha Rayada y Maipú.
En la campaña del Perú, fue elegido para dirigir operaciones de guerrillas en La Sierra (curioso nombre que dan los peruanos a una de las cordilleras más altas del mundo): sublevó las poblaciones indígenas para quitar recursos a los realistas, apoyar al ejército patriota y hacer operaciones menores, con cientos de pequeñas batallas. Como los realistas recurrieron al terror para enfrentarlo, Aldao también respondió con una gran crueldad. Logró en esa guerra su ascenso a teniente coronel.
Regresó a la provincia de Mendoza en 1824, y se dedicó a la producción de vinos; lentamente se haría adicto a la bebida, pero faltaba aún mucho para eso.
En julio de 1825, una revolución dirigida por sacerdotes depuso al gobernador sanjuanino Salvador María del Carril, que estaba llevando adelante una reforma religiosa, copia de la de Rivadavia. Del Carril huyó hacia Mendoza para pedir ayuda, que consistió en un pequeño ejército al mando del coronel José Aldao y sus hermanos Francisco y José Félix. Fácilmente vencieron a los rebeldes, regresando al poder a uno de los más notables jefes civiles unitarios.
La primera guerra civil
Se unió al ejército provincial como comandante de la frontera sur, con sedes alternativas en San Carlos y San Rafael, ganando gran prestigio entre los soldados, los paisanos pobres y los hacendados. Logró un importante éxito contra los indígenas pehuenches que habitaban el actual sur de la provincia de Mendoza en octubre de 1828.
En 1829 estalló la guerra civil, comenzando por Buenos Aires y Córdoba, donde el general unitario José María Paz derrocó a Juan Bautista Bustos, federal. El caudillo riojano Juan Facundo Quiroga pidió ayuda para reponer a Bustos, y el gobernador mendocino le envió un ejército al mando del “fraile” Aldao. Fueron derrotados en La Tablada, y resultó herido; mientras estaba en San Luis le llegó la noticia de que los unitarios, dirigidos por Juan Agustín Moyano, habían derrocado al gobernador y arrestado a sus hermanos.
Regresó rápidamente a Mendoza, donde firmó un tratado de paz con el gobernador, general Rudecindo Alvarado. Pero Moyano se negó a aceptar el tratado y enfrentó a Aldao en Pilar, el 22 de septiembre de 1829. Al comenzar la batalla, mandó matar a Francisco Aldao, enviado por el general a pactar la paz. La victoria quedó del lado de José Félix Aldao, pero al enterarse de la muerte de su hermano, mandó matar a casi todos los oficiales rendidos. Entre ellos murió Francisco Laprida, el que había sido presidente del Congreso de Tucumán, el día de la jura de la Independencia argentina; también Moyano fue fusilado.
Después de la victoria, tomó en sus manos todo el poder militar y político de su provincia y se dio a sí mismo el grado de general. Usó ese poder en la forma más violenta que se pueda imaginar, incluyendo contribuciones forzosas y azotes y penas de muerte a los unitarios (según Ssarmiento, llegaba incluso a la castración de sus adversarios). Organizó un nuevo ejército, con el que acompañó nuevamente a Quiroga en su guerra contra los unitarios de Córdoba. Fueron derrotados por Paz en la batalla de Oncativo; Quiroga huyó y Aldao fue tomado prisionero y llevado a Córdoba.
Varios jefes unitarios pidieron la muerte de Aldao a Paz, pero éste lo mantuvo en prisión, mientras invadía las provincias con gobiernos federales, incluida Mendoza. Allí, el gobernador Corvalán y José Aldao fueron muertos por los indígenas entre quienes habían buscado refugio; Aldao se juró vengar a su hermano.
Tras la captura de Paz, el general La Madrid se lo llevó en su retirada hacia Tucumán, y luego lo deportó a Tarija, en Bolivia, poco antes de su derrota en La Ciudadela.
Campaña al desierto
A fines de 1832 regresó a Mendoza, donde se le dio el cargo de comandante general de la provincia. Hizo una campaña contra los indígenas del sur (mapuches, ranqueles) , y en 1833 hizo otra, combinada con la que había organizado en Buenos Aires el ex gobernador Juan Manuel de Rosas. Entre los jefes que acompañaron a Aldao, se contaron los futuros gobernadores de San Juan, Martín Yanzón y Nazario Benavídez. Su parte de la campaña comenzó como un éxito, llegando al Río Colorado y fijando el límite sur de su provincia en ese río. Pero su retirada fu desastrosa, acechado por la sed y el hambre. De todos modos, el sur de la provincia fue pacificado y se instalaron allí algunos ganaderos chilenos, que invernaban sus ganados en los valles de la cordillera de los Andes.
Se transformó el jefe de los federales del oeste del país, e impuso su autoridad sobre los gobiernos de las provincias vecinas, San Juan y San Luis. Después de la muerte de Quiroga, Aldao se convirtió en un obsecuente servidor de Rosas, además de gobernar por medio de la violencia. Posiblemente ya presentara síntomas de locura (tal vez causada por la sífilis), que lo fue dominando desde que le surgió un tumor en la frente, que lentamente le fue tomando gran parte de su cabeza. Su gobierno fue el más sangriento de los de los caudillos federales.
Su última guerra civil
En 1839 comenzó una nueva guerra civil, pero no afectó a Mendoza hasta la invasión de Juan Lavalle a La Rioja, después de su derrota en Quebracho Herrado. En respuesta a una efímera revolución, se hizo elegir Gobernador de la Provincia de Mendoza a principios de 1841 e invadió La Rioja. Lavalle lo esquivó, pero el coronel Flores, segundo de Aldao, derrotó a Mariano Acha en el norte de La Rioja. En seguida derrotó al gobernador riojano Brizuela, que terminó muerto.
Lamadrid atacó hacia el sur, enviando a como vanguardia a los 600 hombres de Mariano Acha, que tomó la ciudad de San Juan.
Aldao se unió con Benavídez y regresó rápidamente sobre San Juan. Pero justo a la salida del desierto lo esperaba Mariano Acha, que lo derrotó completamente en Angaco, en la batalla más sangrienta de las guerras civiles argentinas, favorecido por la sed del ejército federal. Aldao regresó a Mendoza, mientras Benavídez recuperaba San Juan. Acha fue tomado prisionero, y Aldao se vengó de su derrota: hizo fusilar a Mariano Acha y cortar su cabeza, colocándola en lo alto de un poste, a la vista de todos.
Unas semanas más tarde, La Madrid ocupó Mendoza, pero un ejército dirigido por Ángel Pacheco, en el que Aldao era sólo jefe de una parte de la caballería, lo derrotó en Rodeo del Medio. La persecución que siguió a la batalla fue terrible, y fue dirigida por Aldao. Allí terminó la guerra civil.
Últimos años
El resto de su gobierno fue particularmente despótico: declaró "dementes" a todos los unitarios, nombrándoles tutores para que los "cuidasen" y apoderándose de todas sus pertenencias.
Su acción política en el sur de la provincia, donde favoreció obras de riego y el establecimiento de poblaciones en el desierto, fue positiva.
Su último año y medio de vida fue de una atroz agonía: en la frente sobre uno de sus ojos le apareció un bultillo punzante al cual inicialmente se le aplicaron remedios caseros que fueron ineficaces. Cuando el tumor tenía ya casi una pulgada de diámetro su mejor médico personal, creyendo que se trataba de un quiste, le practicó una punción, pero en lugar de surgir humor acuoso surgió sangre, lo que convenció al médico de la malignidad del tumor.
Por ello mandó llamar a la ciudad de Buenos Aires a quien era considerado el mejor médico de la Confederación Argentina en esos días: Miguel Rivera (hijo del orfebre llamado "inca" Rivera). Este médico tenía las mejores intenciones, tal cual se puede leer en la historia clínica del caso. Pero carecía de la capacidad necesaria para tratar enfermedades graves (no administró ningún atenuante del dolor y además de extirpaciones del tejido tumoral visible y cauterizaciones químicas sólo prescribía dietas mínimas que debilitaban aún más a Aldao). Más aún, sólo cuando Aldao estaba in extremis, a pocas semanas de la muerte, reconoció que se trataba de un cáncer (no obstante, aún si Rivera hubiera tratado la afección desde el principio como un cáncer, en esa época la ciencia era totalmente ineficaz).
Así, el 19 de enero de 1845, Aldao delegó el mando en su ministro, el Dr. Celedonio de la Cuesta. A los pocos días falleció. Fue enterrado — por expreso pedido testamentario — con su hábito completo de fraile dominico y también el uniforme de general, uno sobre otro.
Luis Carlos Lagomaggiore
Mendoza, lo cuenta entre los hombres más representativos, ocupando altos cargos: Intendente de la Capital, durante el gobierno de Rufino Ortega; Jefe de Policía de la Provincia, durante el primer gobierno de Emilio Civit (1898); Director General de Escuelas en la Gobernación del Dr. Carlos Galigniana Segura (1904); Director de la Administración Sanitaria y Asistencia Pública, y por último, Presidente del Consejo de Irrigación. Todas estas funciones las supo desempeñar con ajustado sentido de honradez, altruismo, sensatez y gran capacidad creadora y realizadora, de construcción laboriosa, sin otra preocupación que la de servir a la comunidad.
Con motivo de su actuación en la lucha contra la epidemia de cólera, que azotó a Mendoza en el verano de 1886/87, el Presiente Domingo Faustino Sarmiento tuvo para él expresivas palabras de elogio y admiración.
Como Intendente de la Capital, después del devastador terremoto de 1861, solucionó problemas habitacionales, concreto la construcción de puentes urbano, amplió la pavimentación y extendió la instalación de agua corriente domiciliaria, implementó la nomenclatura de calles y numeración de viviendas, cambio el sistema de alumbrado publico haciéndolo más eficiente con la colocación de siete elegantes faroles por cuadra. Creo la Oficina Química Municipal, con la finalidad de controlar los alimentos y los primeros Baños Públicos, con el convencimiento de que lo primordial era la salud de la población. Dotó al Hospital San Antonio, único en 1885 en la ciudad de Mendoza, de todos los elementos necesarios: sala de operaciones, farmacia, laboratorio, consultorio médico para niños, sala de vacunación, etc., a fin de que la Provincia contara con un establecimiento asistencial que "cumpliera con eficiencia la función de defensor de la salud de la comunidad y ayudara a liberarse del dolor y las enfermedades".
Cuando en 1885/86 se produce la epidemia de cólera creo una comisión que él mismo presidió y una casa de aislamiento, para enfermos infecciosos, que se le llamo "El Lazareto".
Como Director General de la Administración Sanitaria y Asistencia Pública de la Provincia, su labor fue extraordinaria, ya que no era médico para asumir ese cargo. Ante la lucha contra la Viruela, en once meses se aplicaron 86.354 vacunas, debiendo vencer la resistencia de los que se oponían a dicha medida. Adquirió la primera Ambulancia, creo la Farmacia de la Asistencia Pública (6-11-1911) y el Consultorios de Niños (2-12-1911), los primeros Consultorios de Primeros Auxilios y de Odontología y el Gabinete Bacteriológico. Encaró la lucha contra la Tuberculosis, Difteria y Enfermedades Venéreas. En el Hospital San Antonio destino un pabellón para niños, donde se daba dos litros de leche diariamente a las madres y se le entregaba un subsidio de cinco pesos mensuales. Editó un folleto titulado: "Instrucciones para evitar la propagación de la tuberculosis" y otros folletos con indicaciones de utilidad para las madres acerca del cuidado e higiene de los niños.
Muere a una edad muy avanzada en Mendoza, el 16 de diciembre de 1916. Desde entonces sus restos reposan en esta, su segunda patria, a la que sirvió con amor y fidelidad y en la que dejó un recuerdo imperecedero de gratitud.
El agua potable en Mendoza
No, el agua potable y el saneamiento en Mendoza tienen una historia que merece ser contada. El Cuyum Mapu (Tierra de arenales) de los aborígenes era y es una zona semidesértica de clima continental, con inviernos fríos y veranos calientes, que solo podía ser habitado en los lugares cercanos a los cursos de agua. Los huarpes, el grupo humano que habitaba en el valle de Güentota antes de la llegada de los conquistadores, se proveía de agua para su consumo personal y para riego de sus chacras de tres cauces; éstos eran el zanjón Guaymaré (hoy canal zanjón Cacique Guaymallén), la hijuela Allayme (que corría por las actuales calles Belgrano y Tiburcio Benegas) y la hijuela la Tobal (actual calle Salta). El segundo fundador de la ciudad de Mendoza, Don Juan Jufré, dispuso en 1563 una urbanización de "manzanas" de 125 x 125 mts., cada una de las cuales fue dividida en cuatro "lotes". Por el centro de cada "manzana" ordenó que corriera una acequia, orientada de Oeste a Este, destinada a aprovisionar de agua a los colonos, irrigar sus chacras (que se cultivaban en el "corazón de manzana") y dar de beber a los animales. Por estas acequias corría el agua que proveían los canales huarpes.
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¿Se le hacía algún tratamiento al agua que se bebía?
El agua era simplemente clarificada, decantándole el barro y los sedimentos que traía por las acequias. Para ello se utilizaba una penca partida que se introducía en el recipiente usado para el agua dentro de los hogares. La babaza que arrojaba la penca actuaba como sedimentador, aglutinando las partículas de limo y suciedades del agua. En algunas casas tenían histilera: trozo de arenisca compacta ahuecada ex profeso y sostenida por cuatro puntales. A este trozo de arenisca se le daba forma de pirámide o cono truncado con la punta hacia abajo, por donde goteaba el agua y se recogía en un odre de cuero o un recipiente de barro cocido. El agua adquiría entonces claridad pero no era "potable", ya que, como aprendimos en nuestro Primer Módulo, las condiciones microbiológicas no estaban aseguradas. De la acequia no solo bebían los animales sino que además era costumbre arrojar en ella los desechos humanos. Esto explicaría las pestes y epidemias que azotaban a gran parte del país.
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¿Cómo cambió esta situación?
La que puede considerarse primer obra hídrica de Mendoza para mejorar el suministro de agua consumida por la población se debe al Gral. José de San Martín. En 1814, en su calidad de Gobernador Intendente, ordena la construcción de un acueducto construido en barro cocido que nacía en las vertientes del Challao y llegaba hasta la actual Alameda y calle Godoy Cruz. Aparece entonces la figura del aguatero que acarreaba agua desde el final del acueducto hasta las diferentes propiedades que se lo solicitaban. Con el acueducto sanmartiniano mejoraron las condiciones del agua que se bebía; Mendoza estuvo en este sentido en una situación adelantada al resto de las provincias argentinas.
Cuando, luego del gran terremoto de 1861, se encara un rediseño urbanístico de la ciudad y nacen nuestras características calles anchas arboladas y con acequias que bordean las "manzanas", el acueducto es reparado y comienza a usarse el hierro fundido en las cañerías. En 1885 con la llegada del tren comienzan a ingresar a la provincia miles de inmigrantes, quienes determinan en las décadas siguientes un impactante aumento poblacional. En 1886 el cólera azota nuestra provincia y el país, ordenándose a la población echar cal en las acequias y usar el agua previamente hervida. Cada vez cobra mayor importancia el acceso de los habitantes a un agua segura y a un correcto manejo de las aguas servidas. Debe decirse que a fines del siglo XlX el cuadro sanitario era francamente catastrófico, siendo comunes las epidemias de cólera, difteria y fiebre tifoidea, todas enfermedades hídricas. Por esto es que el intendente de la ciudad de Mendoza, Luis Lagomaggiore contrata al higienista Emilio Coni para que haga un estudio epidemiológico de los mendocinos. Su informe, basado en el censo de 1895 en el que se censaron 3.200 casas de la ciudad, fue lapidario: la mortandad de la población era un 2% mayor que los nacimientos; las defunciones por enfermedades hídricas alcanzaban el 56% (Madrid, la de peor porcentaje europeo tenía 43%; Londres, que era un puerto, un 18%) y las defunciones infantiles promediaban el 57%. De las 3.200 casas censadas solo 1.600 tenían agua corriente, apenas 119 poseían inodoro, 316 no tenían ningún tipo de letrina (los excrementos eran arrojados a las acequias o se acumulaban en las casas), 2.852 poseían letrinas abiertas y 99 tenían WC. Los habitantes de Las Heras y Guaymallén tomaban agua de las acequias que más arriba habían sido contaminadas. Coni llegó incluso a detectar, en su relevamiento sanitario, que algunos adobes de las construcciones, hechos con barro, paja y bosta de caballo, asilaban el bacilo del tétano.
A partir de 1892 se concretan en Mendoza importantes obras para mejorar el sistema de riego. El ingeniero Cippolleti es responsable de ellas y también de la construcción de la primera planta de tratamiento de agua que conocimos, una "desbarradora" instalada en Mayor Drummond, Luján de Cuyo. En 1910 se construye el primer acueducto a Potrerillos, que acercaba a la ciudad las aguas del río Blanco y que hacia 1950 trabaja ya a plena capacidad. Se construyen además los establecimientos potabilizadores de Benegas y Alto Godoy y se concreta el primer tendido de cloacas del radio capital, siendo arrojados los líquidos resultantes en Campo Espejo, terreno donado a la Provincia en 1927, allí se inaugurará en 1976 la primera planta de tratamiento de efluentes. A partir de entonces nacen otras obras (Paramillos, 2º acueducto a Potrerillos, plantas Luján I y II y otras).
Hoy el Gran Mendoza cuenta con 5 plantas de potabilización que captan aguas crudas del río Mendoza y el río Blanco, mientras las perforaciones extraen agua del acuífero situado bajo nuestra área urbana y están originadas en las infiltraciones del propio río Mendoza. Existen además 2 plantas de tratamiento de efluentes cloacales.
BIENVENIDOS
Prof.Mario Raúl Soria
MENDOZA DONDE LA REVOLUCION DE MAYO LLKEGO EN JUNIO
Si nos atenemos a la terminología predominante en los libros de historia, el 14 de julio de 1789 estalló la “Revolución Francesa”, tremendo acontecimiento político, social e institucional que habría de generar una rotunda ruptura del statu quo vigente y que desencadenaría profundos cambios en Europa y en buena parte del mundo.
Sin embargo, hilando más fino, se puede comprobar que en dicha fecha lo que en realidad ocurrió fue un alzamiento virulento del pueblo de París, la capital de Francia, mientras que el resto de la nación fue ajeno a la conmoción ciudadana focalizada, en un primer momento, en la bella e inquieta Ciudad Luz. Es decir, que en aquel inolvidable e irrepetible 14 de julio de postrimerías del siglo XVIII se produjo una revuelta parisina puntual que aún no podía ser definida como “francesa”; la nacionalización del fenómeno vendría a continuación. De hecho, la “Revolución Francesa” fue en realidad, un largo, conflictivo y cruento proceso que, habiendo comenzado con la ya mítica “toma de La Bastilla”, habría de concluir años después con la restauración monárquica.
Análogamente, la confusión entablada entre momento y proceso revolucionario es extensiva a lo que conocen los argentinos desde que se instaló en el calendario la efeméride alusiva a la “Revolución de Mayo”. El derrocamiento del virrey Cisneros, provocado por sectores patriotas de la sociedad porteña, ingresó a la historia como un acontecimiento trascendente que involucró a toda la nación. No obstante esta percepción colectiva que la historiografía ha consagrado, no quedan dudas de que se trató de un movimiento protagonizado, durante aquel 25 de mayo de 1810, por los habitantes más destacados de la ciudad de Buenos Aires. En las décadas siguientes, la conmemoración del magno suceso, tanto en la capital de la República como en las ciudades y los pueblos del interior, se fijó en dicho día y mes. Paradójicamente, dada la vastedad territorial y los precarios medios de comunicación y transporte disponibles a principios del siglo XIX, en el resto del ancho y largo país de los argentinos la denominada “Revolución de Mayo” en forma explícita tuvo lugar en junio, lo que constituye un curioso galimatías no sólo cronológico.
La Revolución de Junio
Vísperas
En 1810 Mendoza era una próspera ciudad comercial de 18.000 habitantes que junto a las localidades de San Juan y de San Luis conformaba la Intendencia de Cuyo, región que fuera puesta bajo la dependencia del gobernador de Córdoba a poco de crearse, en 1776, el Virreinato del Río de la Plata. Con anterioridad, Mendoza había formado parte del Reino de Chile, con cuyo pueblo mantenía fluidas relaciones, tanto económicas como culturales y sociales. Por su parte, la nueva estructura jurisdiccional contribuyó a incentivar los negocios y el tráfico entre los mendocinos y el ya floreciente puerto de Buenos Aires. Por entonces, una tropa de carretas tiradas por bueyes o una recua de mulas cargada de mercaderías y correspondencia demoraba más de dos meses en atravesar la distancia que separa ambas ciudades, a razón de 2-3 leguas de marcha diaria, aunque “reventando caballos” el periplo podía reducirse a 12 o 15 días.
Por ello, no debería sorprender que el 25 de mayo de 1810 en Mendoza, así como en otros tantos lugares del interior proto-argentino, no haya pasado nada digno de mención. Tampoco hubo hechos destacables el 26 ni el 31 de mayo. Recién durante la segunda semana de junio de aquel frío otoño cordillerano, habían llegado rumores dispersos relacionados con la caída del régimen monárquico en la metrópolis española y con la existencia de cierto alboroto cívico en Buenos Aires, la capital virreinal. En tierras andinas, mientras tanto, había que esperar al 13 de junio para que el proceso de transformaciones iniciara su marcha.
En la noche de aquel día 13 arribó a Mendoza un jinete uniformado que traía la noticia oficial de la destitución del virrey y de la formación del primer gobierno criollo en el Río de la Plata. Manuel Corvalán, comandante de fronteras, era el portador de la novedad que fue comunicada de inmediato a las autoridades del lugar. Como es de suponer, la información que había llegado a la hasta entonces apacible villa era fragmentaria e, incluso, contradictoria, dado que el bando emitido por la Junta Provisional, por un lado se hacía cargo de la acefalía del gobierno español producida en la península ibérica y, por el otro, hacía votos de incondicional fidelidad y obediencia al rey Fernando VII, a la sazón cautivo de las tropas napoleónicas, contradicción que -dicho sea de paso- formó parte de la retórica patriótica durante buena parte de la gesta emancipadora.
Desarrollo
Para los mendocinos, la decisión de adherir al flamante gobierno porteño se complicó cuando, desde Córdoba, el gobernador intendente Juan Gutiérrez de la Concha no sólo recomendó desacatar el mandato invocado por la Junta sino que además ordenó al Delegado local que reuniera los efectivos militares con asiento en Mendoza y que los enviara urgente a la ciudad mediterránea. La idea era incorporarlos a la fuerza de represión que preparaban los contrarrevolucionarios para atacar la ciudad-puerto en estado de rebeldía y reponer a la autoridad “legítima”, es decir, al virrey.
Faustino Ansay, Subdelegado de Real Hacienda, Comandante de Armas, de Fronteras y del 1° Regimiento de Caballería de Mendoza, se manifestó de acuerdo con acatar la imperativa instrucción proveniente del gobernador cordobés y, también, con repudiar al movimiento subversivo triunfante en Buenos Aires. Idéntica opinión expresaron el Tesorero provincial, Domingo de Torres y Harriet; el Contador de la Real Hacienda, Joaquín Gómez de Liaño, y los demás funcionarios coloniales del distrito. Para ellos, acostumbrados a terciar en las frecuentes querellas que se entablaban entre cabildantes y vecinos de la zona, resultó una sorpresa mayúscula el toparse con la unánime posición tomada por los 46 ciudadanos más prominentes de Mendoza, quienes, en el Cabildo Extraordinario convocado al efecto para el 23 de junio, exigieron la adhesión al alzamiento cívico consumado en el Río de la Plata y nombraron un diputado para que viajara a la capital del virreinato en calidad de representante regional.
Luego de algunas marchas y contramarchas causadas por las maniobras del núcleo realista que pretendía ganar tiempo para facilitar la contrarrevolución cuya cabeza visible se aglutinaba en Córdoba, el partido patriótico consiguió apoderarse del control militar de la ciudad y destituir, el día 28 de junio, al comandante Ansay que había intentado consumar un golpe militar para revertir la situación. A renglón seguido, Isidro Sánchez de la Maza se hizo cargo de la Comandancia de Armas.
Si bien es indudable que la llegada de Corvalán, primer enviado de la Junta, apuró la iniciación de la “Revolución de Junio”, es dable reconocer que también ejerció notable influencia en el desarrollo de los acontecimientos la problemática interna que atravesaba por entonces la comunidad local; este clima doméstico sirvió de caldo de cultivo propicio para que la chispa rebelde proveniente de Buenos Aires detonara de inmediato. Efectivamente, las “fuerzas vivas” mendocinas -comerciantes, hacendados, profesionales, incluso clérigos- desde tiempo atrás cuestionaban la dependencia, tanto burocrática como política, que las ciudades cuyanas debían mantener con Córdoba, fruto de la reforma borbónica implantada a mediados del siglo XVIII. Que la distante cabecera de la Gobernación-Intendencia ejerciera jurisdicción sobre toda la región de Cuyo, era motivo de frecuentes conflictos y quejas de parte de los mendocinos que aspiraban a obtener la autonomía.
En este contexto, la noticia de la Revolución junto a la promesa anunciada por parte de la Junta Provisional de incorporar delegados provinciales para constituir un gobierno amplio y representativo a nivel nacional, fue apoyada con genuino entusiasmo por los sectores influyentes y por el pueblo llano de Mendoza. Similar actitud, impulsada por motivaciones autonómicas y libertarias de intensidad diversa, pudo observarse en San Juan, San Luis, Santiago del Estero, Catamarca, Salta, Tucumán y, también, en poblaciones del Litoral y la Mesopotamia. Los máximos referentes de dichas provincias, salvo pocas excepciones, se persuadieron de que el movimiento revolucionario abriría la posibilidad de contar con autoridades regionales autónomas que fueran representativas de cada realidad puntual y de su idiosincrasia singular. Es así que, entre mediados de junio y principios de julio de 1810 el interior apoyó el pronunciamiento de los hombres de Mayo con la genuina expectativa de asegurarle a cada distrito una razonable libertad de acción y administración.
Desenlace
Luciendo flamantes jinetas de coronel, Juan Bautista Morón arribó a Mendoza el 10 de julio de 1810 con la misión de reclutar soldados para repeler la asonada realista que, a las órdenes de Santiago de Liniers, el obispo Orellana y el gobernador Gutiérrez de la Concha, se había atrincherado en la provincia de Córdoba. Por las dudas, Morón detuvo a los funcionarios leales a la Colonia que acababan de ser destituidos por el cabildo mendocino; los cargó con pesados grillos y los envió a Buenos Aires en calidad de detenidos. (Uno de ellos, Ansay, vagó durante 12 años por los presidios y los campos de concentración de prisioneros que existían o fueron creados por entonces. A pesar de ello, el tozudo aragonés se consideraba un hombre de suerte, dado que por poco no estuvo en Cabeza de Tigre enfrentando el pelotón de fusilamiento que acabó con la vida de Liniers y los demás complotados).
El día 26 la Junta de Gobierno bonaerense nombró al coronel José Moldes en calidad de Teniente Gobernador de Mendoza, designación que daba por tierra con las cándidas expectativas locales de elegir un gobierno propio. Moldes traía instrucciones terminantes en cuanto a cómo conducir la ciudad de acuerdo a los designios de la autoridad central que, no obstante el “discurso” previo, desestimaba la participación de los lugareños en el manejo de los asuntos públicos. Los mendocinos comprometidos con el cambio en ciernes empezaban a comprender que el proyecto político porteño no suponía el respeto a las autonomías provinciales ni tampoco consentiría la conformación de un órgano colegiado como instancia superior de gobierno.
Epílogo
La Junta Grande recién pudo comenzar a deliberar en Buenos Aires en diciembre de 1810. Desde el principio, el cuerpo colectivo fue el campo de batalla en el cual las facciones en pugna -saavedristas y morenistas- dirimieron sus diferencias. A propósito de la forma de gobierno, los primeros sostenían la necesidad de que este organismo asumiera un rol ejecutivo; los segundos, en cambio, afirmaban que, frente a la situación de guerra que se abatía sobre el país, era necesario contar con un gobierno fuertemente centralizado que fuera lo menos deliberativo posible. Además, decían que los diputados del interior en su mayoría representaban a sectores conservadores comprometidos con el régimen anterior y que, en esta nueva instancia, se debía aceptar el tutelaje de espíritus progresistas y decididos, que venían a ser ellos, la elite porteña.
Al cabo de algunos meses de funcionamiento caótico, un pusch preparado en la capital obligó a disolver la junta ampliada, mientras que los diputados del interior fueron conminados a abandonar la ciudad-puerto y a volver a sus respectivas provincias. A continuación, asumió el gobierno un triunvirato cuya misión principal se orientó a acentuar el proceso de centralización y militarización del poder político iniciado en mayo de 1810.
La esperanzada “Revolución de Junio”, que estalló simultáneamente en diversos lugares de la incipiente república se había malogrado a poco de comenzar y se apagó junto con el mes que la vio nacer. Desde entonces, los argentinos, tanto de Buenos Aires como del Interior, conmemoramos la “Revolución de Mayo”, que es la que triunfó.
“Para Buenos Aires, mayo significa independencia de España y predominio sobre las provincias. Con razón quiere tanto ese día”.
Juan Bautista Alberdi
Pandemias
La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece seis fases de alerta pandémica cuando un virus se convierte en una amenaza. De acuerdo con el organismo internacional, una pandemia es un brote epidémico que afecta a todo el mundo. Las pandemias de la gripe son fenómenos poco frecuentes, pero recurrentes. "Típicamente se han producido a intervalos de entre 10 y 50 años a lo largo de la historia. En el siglo XX se produjeron tres pandemias: la de 1918, que provocó unos 40 millones de muertes, la de 1957, en la que murieron más de dos millones de personas, y la de 1968, con cerca de un millón de víctimas", señala la OMS.
Las pandemias de gripe ocurren cuando aparece una cepa nueva de virus contra la cual la mayoría de la gente no tiene inmunidad natural. Los expertos creen que han estado ocurriendo a intervalos regulares desde al menos el siglo XVI.
Los científicos clasifican los virus de gripe según sus proteínas externas: H por hemaglutinina y N por neuraminidasa. Hay 16 tipos H diferentes y nueve tipos N diferentes, pero las cifras diferencian meramente las cepas y no indican mayor severidad.
Como ya se mencionó en el siglo XX hubo tres pandemias de gripe. Funcionarios mundiales de salud están observando cuidadosamente los actuales brotes de gripe porcina en México y Estados Unidos para ver si existe el riesgo de que este virus detone la pandemia siguiente.
Lo que sigue es un vistazo a algunas pandemias ocurridas en el pasado :
- 1918. La pandemia de gripe española que inició en 1918 fue posiblemente el brote más mortal de todos los tiempos. Fue identificada primero en Estados Unidos, pero fue conocida como gripe española porque recibió más atención de los medios en España que en otros países, los cuales estaban censurando a la prensa durante la Primera Guerra Mundial. La gripe de 1918 fue una cepa H1N1 -diferente a la que afecta actualmente a México y Estados Unidos- y atacó mayormente a adultos jóvenes sanos. Los expertos calculan que causó la muerte de entre 40 uy 50 millones de personas en todo el mundo.¡
- 1957. La pandemia de 1957 fue conocida como gripe asiática. Fue causada por una cepa H2N2 y fue identificada primero en China. Hubo dos olas de enfermedad durante esta pandemia; la primera ola atacó principalmente a niños, mientras que la segunda afectó mayormente a ancianos. Esta causó cerca de dos millones de muertes en el mundo.
- 1968. La pandemia más reciente, conocida como gripe de Hong Kong, fue la más leve de las tres pandemias del siglo. Fue detectada primero en Hong Kong en 1968 y se extendió globalmente en los dos años siguientes. Las personas más susceptibles al virus fueron los ancianos. Aproximadamente un millón de personas fallecieron por la pandemia de cepa H3N2.
En 1976, una cepa de influenza porcina comenzó a infectar a las personas en Fort Dix, Nueva Jersey, y preocupó a los funcionarios de salud estadounidenses porque se creía que el virus estaba vinculado con el que provocó la gripe española de 1918. Cuarenta millones de personas fueron vacunadas pero el programa fue interrumpido después de que varios casos del síndrome de Guillain-Barré, un trastorno grave y algunas veces fatal vinculado a algunas vacunas, fueron informados. El virus nunca se movió fuera del área de Fort Dix. La gripe aviaria H5N1 es la amenaza de pandemia más reciente. Apareció por primera vez en 1997 y continuó infectando a los humanos que tenían contacto directo con gallinas. El virus H5N1 o gripe aviar no se propaga fácilmente de una persona a otra. Desde el 2003, el virus H5N1 ha infectado a 421 personas en 15 países y ha provocado la muerte de 257. Ha matado o provocado una matanza selectiva de más de 300 millones de aves en 61 países en Asia, Oriente Medio, Africa y Europa.
En todo caso, las autoridades del organismo mundial han insistido en que aún se pueden minimizar los efectos de este brote de gripe porcina, pese a que ya se ha verificado su transmisión de persona a persona. En qué consiste cada fase:Fase uno: El virus de la influenza circula entre animales y no se reporta la transmisión a humanos. Fase dos: El virus presente en animales domésticos y salvajes infecta a los humanos, por lo que se considera que una pandemia se puede desarrollar. Fase tres: Grupos pequeños de personas adquieren la infección. El contagio entre humanos ocurre de forma limitada y bajo circunstancias específicas. Sin embargo, el hecho de que el virus se transmita entre personas no necesariamente significa que causará una pandemia. Fase cuatro: Se verifica la transmisión entre personas y el virus causa brotes de la enfermedad en comunidades. En esta etapa aumenta el riesgo de que se desate una pandemia, pero no necesariamente significa que sea inminente. Fase cinco: Se caracteriza por el hecho de que el virus se esparce entre humanos en al menos dos países de una misma región del mundo. La declaración de esta fase es un mensaje claro de que la pandemia es inminente y que el tiempo para que se implementen medidas para mitigar la infección es breve. Fase seis: Ocurre la pandemia, es decir, la enfermedad está presente en distintas regiones del mundo. En la fase siguiente, que se genera después de que el virus alcanzó su punto máximo, los niveles pandémicos de la enfermedad se reducen. No obstante, es incierto si se producirán nuevas oleadas de la enfermedad. En el período posterior a la pandemia, la influenza retorna a los niveles normales de la gripe estacional. Se trata de la etapa de recuperación.
Influenza mortal: Mendoza ya lo vivió
En 1918 la fiereza de la gripe española conmovía al mundo. Llegó a la provincia, cobrándose 300 vidas. ¿Qué pasó ayer con esta epidemia? ¿Qué puede pasar mañana?
Desde el extranjero, varios individuos llegaron a la provincia de Mendoza y se alojaron en la casa de unos parientes españoles que vivían en la ciudad. A los pocos días, los viajeros comenzaron a sentir síntomas de decaimiento, fiebre muy alta y mucha tos. Con el correr del tiempo, la situación de los enfermos era cada vez más grave. Este cuadro virósico se extendió a los vecinos y la enfermedad comenzó a propagarse con rapidez entre los habitantes.Los diarios informaban que existía una epidemia en España y que había cobrado gran cantidad de víctimas.
El gobierno de la provincia tomó medidas sanitarias y llamó a los mejores facultativos para detectar cuáles eran las causas de la epidemia.
Desde el ente de salud señalaron que se trataba de un virus denominado influenza H1N1 y que si no se tomaban acciones profilácticas inmediatas podría causar la muerte de gran parte de la población.
Esta historia se desarrolló a mediados de 1918, pero tiene mucha actualidad, desgraciadamente, al compararla con la reciente epidemia de “gripe porcina” o “mexicana” que está causando centenares de muertos en el país azteca y que amenaza extenderse. Entonces, ¿qué pasó ayer, qué puede pasar mañana?
El mundo afiebrado
Corría 1918 y la Primera Guerra Mundial estaba a punto de finalizar, pero comenzaba una nueva batalla; ahora contra el virus H1N1.
Esta epidemia, mal llamada “gripe española”, tuvo su primer caso en Kansas, Estados Unidos, el 4 de marzo de ese año. Por entonces el virus sólo causaba una dolencia respiratoria leve, aunque muy contagiosa, como cualquier gripe. En abril ya se había propagado por toda Norteamérica, y había cruzado el Atlántico para instalarse en Europa con las tropas americanas.
En Francia el mismo virus se extendió principalmente en la ciudad de Brest. Ya se sabía que causaba neumonía con rapidez y, a menudo, la muerte, sólo dos días después de los primeros síntomas.
Luego pasó a España en donde se contagiaron millones de personas. Era imparable. Los brotes se extendieron a casi todas las partes habitadas del mundo, empezando por los puertos y propagándose por las carreteras principales. Sólo en India hubo 12 millones de muertos.
Argentina no escapó del flagelo: en nuestro país se registraron más de 4.000 muertos.
Al finalizar la primera guerra (1914-1918) murieron nueve millones de personas. La gripe española de ese mismo año acabó con la vida de 40 millones. Fue la peor de las tres epidemias mundiales de gripe del siglo XX (1918, 1957 y 1968) y, de hecho, la peor pandemia de cualquier tipo registrada en la historia.
¿Cómo se vivió en Mendoza?
Los pobladores de nuestra ciudad y algunos departamentos empezaban a enfermarse de esta “grippe”-como se escribía en aquel tiempo- contagiándose súbitamente, pero la respuesta de las autoridades sanitarias de la provincia fue inmediata y muy eficiente. Es probable pensar que estaban no muy lejanos los ingratos recuerdos de la epidemia del cólera producida a fines del siglo XIX.
Sin embargo, las autoridades nacionales no habían tomado ninguna decisión para atacar esta pandemia, ya que el gobierno nacional estaba pensando en los próximos comicios electorales.
Esto causó el desagrado de los funcionarios locales.
Todos los días, más y más personas se enfermaban y la asistencia pública no daba abasto con los enfermos que llegaban para internarse. Los más graves eran trasladados a las llamadas casas de aislamiento en donde se les asistía intensivamente.
Los focos de mayor infección se habían ubicado en las calles Chile, General Paz, Godoy Cruz hasta Barcala. También se tenían noticias de que en los departamentos de Luján y de General Alvear la epidemia se había cobrado gran cantidad de vidas.
Ni el gato quedó en la calle
Fue tal el contagio masivo que hasta los principales miembros del gobierno estaban enfermos, pero no por eso dejaron de ejecutar acciones para frenar la “gripe española”. En la ciudadanía cundió el pánico pero, inmediatamente, el entonces director de salud, doctor Eduardo Teseire, ordenó el cierre de la frontera con Chile y formar un cordón sanitario en la localidad de Las Cuevas.
También se decretó la suspensión de las actividades escolares por varias semanas. Se suprimieron las actividades recreativas y públicas, ordenándose el cierre de teatros, confiterías y cines. Por ordenanza municipal se tomaron las precauciones para que los vendedores de carnes, verdura y otros alimentos, cumplieran al máximo con la higiene.
Además se desinfectaron los templos de la ciudad y se pidió a los fieles que no concurrieran masivamente a las iglesias por el contagio de la enfermedad. Hasta se suspendieron los partidos de fútbol, que en aquel momento comenzaban a ser una pasión para los mendocinos.
Las calles de la ciudad estaban desiertas, no había tranvías, los negocios estaban cerrados y se veía muy pocos carros transitando las avenidas.
La poción salvadora
En aquel momento no existían los barbijos, ni guantes de látex, ni gel para prevenir este virus.
Tampoco había un medicamento que pudiera curar la enfermedad, como hoy es el caso del oseltamivir, comercialmente llamado Tamiflu.
Solamente los facultativos recetaban un medicamento a base de esencia de canela y alcohol que debían dar al paciente, en una cucharita, disuelto en agua azucarada cada tres horas. Habían otras pócimas salvadoras que vendían las farmacias de la ciudad.
Como toda epidemia, con las medidas tomadas y con el tiempo, fue decreciendo. Poco a poco, la población comenzó a recuperarse de aquella gripe. Lo que no se publicó entonces fue que, al menos, 300 mendocinos fallecieron.